lunes, 20 de octubre de 2008

Tunel

Historia

El 13 de diciembre de 1969 las provincias de Entre Ríos y Santa Fe, finalmente cerraron su historia como territorios escindidos por las caudalosas aguas del Paraná.
La draga había surcado el lecho de este río y al abrir su cauce había dado apertura también, al crecimiento integral de esta región. Una región, que el prolongado aislamiento había mantenido en un nivel de desarrollo inferior al del resto del país.
No obstante, este hecho inaugural sólo pudo concretarse por el incesante devenir de acontecimientos políticos que con su trascendencia marcaron el camino hacia tan ambiciosa como necesaria obra ingenieril.
La presentación de proyectos para conectar ambas márgenes del río se sucedieron infructuosamente desde 1911 hasta Agosto de 1941, fecha en que el Poder Ejecutivo Nacional creó una comisión encargada de proyectar un túnel.
Sin embargo, hubo que esperar más de una década para que, recién en 1952, aquella labor fuera delegada a los ingenieros Ernesto Algelt y Carlos Laucher; quienes entonces se instalaron en Paraná por el período de diez días para elaborar un croquis preliminar del túnel.
Así fue que en 1954, el gobierno de Entre Ríos les encomendó también, un estudio de factibilidad y les solicitó la redacción del anteproyecto; el cual fue aprobado por el Poder Ejecutivo de Entre Ríos en mayo del año siguiente.
Llegado 1956, quien fuera interventor de esta provincia de Entre Ríos --el General Manuel Calderón—determinó que el proyecto formulado por dichos profesionales constituía ya una necesidad indelegable; y como símbolo de apoyo a esta decisión, mediante el Decreto Nº 7122, esta obra fue declarada de interés nacional.
Así, para 1957 –y habiéndose presentado diferentes empresas norteamericanas, europeas y la argentina SAILAV con el propósito de materializar el proyectado túnel—el Poder Ejecutivo estableció que este trabajo se realizaría mediante el sistema de concesión pública; por lo que el Ministerio de Obras Públicas de la Nación llamó a licitación para los estudios, construcción, financiación y explotación de este nexo subacuático.
Los diferentes procedimientos administrativos y legales se fueron sucediendo, hasta que en 1960 los gobernadores de Santa Fe y Entre Ríos consideraron apropiado dar a publicidad una declaración conjunta en la que se impulsaba la obra.
Dado este avanzado estado de situación, los mandatarios de ambas provincias –Carlos Sylvestre Begnis y Raúl Lucio Uranga, respectivamente—firmaron entonces el 15 de Junio de ese mismo año, el histórico Tratado Interprovincial que finalmente dispuso la construcción de un túnel subfluvial.
De este gigantesco emprendimiento se hizo cargo, en junio de 1961, el consorcio constructor integrado por las compañías SAILAV de Argentina, HOCHTIEF de Alemania y VIANINI de Italia.
No obstante, fue en Marzo de 1962 –y después de que el presidente Arturo Frondizi colocara la piedra fundamental en la costa santafesina—que efectivamente se dio inicio a las obras del Túnel Subfluvial que originalmente llevó el nombre de «Hernandarias», en recuerdo a Don Hernando Arias de Saavedra, primer criollo que gobernó esta parte del continente.
En 1963 el Gobierno Federal declaró estos trabajos de prioridad nacional, respaldo que se siguió manteniendo aún en 1965 cuando pese a las grandes dificultades económicas y financieras del momento, los gobernadores Aldo Tessio y Carlos Contín continuaron prestando el más decidido apoyo a la ejecución de la obra.
Por su parte, el año 1966 estuvo marcado por dos grandes sucesos. El primero de ellos, que tuvo lugar el 14 de Septiembre, estuvo vinculado al traslado de la primera tanda de cuatro tubos desde el obrador del dique seco –especialmente montado para la construcción de los tubos—hacia la costa santafesina.
No obstante, y aún con los cimientos de esta obra en permanente avance, el 28 de diciembre se convocó a una reunión en el despacho de la Secretaría de Obras Públicas de la Nación, donde se debatió acerca de la perfectibilidad del túnel y los riesgos de socavar el lecho del río. Pero ante las dudas experimentadas al respecto, las sólidas refutaciones que los ingenieros Hartman y Hesen presentaron a estos argumentos, permitieron que al día siguiente, el presidente Juan Carlos Onganía confirmara la continuidad ininterrumpida de las tareas.
Si bien el año 1967 quedó signado por los importantes adelantos efectuados por el consorcio constructor –mientras que en Abril llegó de Holanda la «isla flotante» o pontón elevador, tecnología que permitió colocar los tubos a río abierto, y para diciembre ya eran doce los tubos colocados—; fue el año 1968 el que registró un notable impulso, llegándose casi a completar el proceso constructivo de este nexo vial.
Sin embargo, fue 1969 la fecha por largo tiempo anhelada: en Abril se colocaron in-situ los dos últimos tubos y en marzo se abrió la última compuerta para que, el 13 de diciembre, el Presidente Onganía –de manera conjunta con los gobernadores Eladio Modesto Vázquez de Santa Fe y Ricardo Favre de Entre Ríos— cortara la cinta que abrió para siempre el paso de este cruce subfluvial…Tránsito hacia una nueva realidad inaugurada con algunos costos y sostenida con incontables beneficios de permanente intercambio económico, social, turístico, educativo y cultural.


Las razones del túnel

Los condicionamientos impuestos por la geografía hídrica de esta zona litoraleña y la percepción de que el sistema de balsas implementado para hacer posible el cruce de los automóviles de una ribera del Río Paraná hacia la otra, terminaría resultando obsoleto ; impulsó la presentación de diversos proyectos técnicos que pretendían poner fin a la incomunicación entre Santa Fe y Paraná. Puentes o diques de regulación con puentes carreteros, ferroviarios y colgantes, fueron alternativas que antecedieron al diseño del túnel.
Sin embargo, estas propuestas no contaron con el apoyo suficiente para su desarrollo hasta que en 1955 el Poder Ejecutivo de Entre Ríos aprobó el proyecto de construcción de un túnel; tarea que había sido encomendada un año antes a los ingenieros Algelt y Laucher.
Pero ¿qué razones habían fundado finalmente la idea de unir dos provincias tendiendo un brazo subfluvial? Es decir, ¿qué motivos incidieron en la decisión de construir un túnel y no un puente?
Por un lado, la materialización de un puente no podía ser desarrollada por los gobiernos provinciales, ya que el espejo de las aguas de los ríos pertenece al Estado Nacional; no así la zona ubicada por debajo de los lechos de los ríos, que es de jurisdicción provincial y puede ser administrada por las mismas.
A la vez, estos fundamentos de carácter geopolítico encontraron también importantes sustentos de carácter técnico.
Por las características de su infraestructura, un túnel sería capaz de admitir todo tipo de cargas. En cambio, la estructura de un puente dispone siempre de un límite en el peso de los vehículos que lo transitan y esto dificultaría, por ejemplo, el cruce de los camiones con grandes cargamentos.
Igualmente, el túnel permitiría no obstaculizar la navegación del Río Paraná mientras que la edificación de un puente implicaba la instalación de pilares principales en el cauce mismo del río, lo cual afectaría notablemente la libre navegabilidad.
Asimismo, los estudios acerca de si las características del subsuelo del Río Paraná eran apropiadas para soportar la construcción de un viaducto subfluvial, habían resultado óptimos, por lo que estos aspectos –sumados a los antecedentes de otros pasos subacuáticos ya edificados en diferentes partes del mundo— terminaron potenciando la decisión de dar inicio a la construcción de este Túnel Subfluvial «Raúl Uranga – Carlos Sylvestre Begnis»…El primero y único en Sudamérica y el más extenso del continente.

ESCUDO DEL TÚNEL SUBFLUVIAL HERNANDARIAS

No hay comentarios: